Creemos en las personas. Esa es la esencia de nuestra actividad. Las personas son lo más importante y creemos en el talento de cada una de esas personas por encima de cualquier otra circunstancia. Las capacidades son el motor de cada ser humano.
Realizamos un esfuerzo determinado, constante y consciente, de cara a que cada persona con la que trabajamos, ponga el foco en esas capacidades. Creemos en el sí, en la capacidad, en lo que podemos por encima de las dificultades.
El proceso comienza con el análisis de la persona. Un análisis individualizado, marcado por el trato cercano, humano y sin ningún otro objetivo salvo el de identificar las capacidades. Es importante que el análisis responda a un proceso profundo de recopilación de información a través de la interacción pausada, cómoda e individual con cada persona.
Desde el análisis, partimos hacia la definición del itinerario de integración, que nos permita marcar los siguientes pasos que deberán llegar hasta el acompañamiento hacia el mercado laboral, aunque nuestro trabajo no termina con la integración.
Seguimos al lado de las personas, establecemos un vínculo con vocación de permanecer, de estar y de servir de referencia para continuar aportando el trabajo de nuestro equipo humano en las circunstancias que acompañan a las personas.
